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My Story Time:

Uff, besties, les voy a contar algo que me pasó y que me dejó bien shokeada.

Estaba en mi cuarto, escuchando a mi jefa en la cocina con el vecino—ese wey que siempre viene a “arreglar el fregadero” o lo que sea, pero obvio todos sabemos que mi mamá es una zorra total. Mi papá estaba ahí durmiendo como tronco en su cama, ni en cuenta. Y yo, pues, me dió la curiosidad de ver qué pedo, así que me asomé sin hacer ruido.

Y ahí estaba ella… doblada sobre la mesa, con la falda levantada y el calzón al lado. El vecino ya le estaba metiendo la verga tan duro que la mesa se movía, clack, clack, clack. Mi mamá mordía su propia mano para no gemir fuerte, pero se le escapaban unos ahhh bien bajitos. Y el vecino, el muy cabrón, le susurraba: “Te gusta que te den así, putita, eh?” Y ella, en vez de negarlo, asentía como una perra.

Yo me quedé ahí, escondida, sintiendo cómo se me mojaba la tanga de solo verlos. Ni en mis sueños más cachondos imaginé que mi jefa tenía ese lado. El vecino le jaló el pelo y le dio hasta que ella tembló, ahogando un grito. Y yo… bueno, eso es otro chisme para otro día. 😉🔥 Period.